El
pensamiento es insuficiente para explicar la Realidad o Aquello que Es
(Real). Lo que Es (y no Es) aparece y desaparece a su antojo como un
devenir heraclíteo, al igual que aparecen y desaparecen aquellos
pensamientos que persiguen Aquello de lo que ya forman parte
(mordiéndose así, como la pescadilla, parte de su propia cola).
De esta manera aparecieron unos pensamientos míticos o mitos que trataron de explicar muchos aspectos de lo Real abusando de nuestra abultada y fantasiosa imaginación. No lo lograron satisfactoriamente y fue necesario la aparición del método científico (amén del filosófico y el teológico) con sus teorías que trataban de parchear una realidad que se iba revelando por su propia voluntad: eclipses, cometas, terremotos,...
La ciencia ha cogido impulso y trata de llenar todos los vacíos creados por cada teoría mediante la creación de una nueva en una sucesión infinita que terminaría en una teoría Total de la Realidad que se incluyera a sí misma tanto como el primero de los pensamientos humanos.
Así que, agotada esta vía del conocimiento debido a la aparición, entre otros, del principio de incertidumbre, cuyo corolario más directo podría ser 'nadie puede conocer nada salvo a sí mismo' en referencia al clásico 'Conócete a ti mismo' del oráculo de Delfos, comprendemos que el método científico no es menos fantasioso que el pensamiento mítico ya que ha terminado proponiendo unas ecuaciones imaginarias cuyas soluciones crearían una pseudo-realidad. Y es que resulta que nadie ha podido ver todavía un agujero negro que, según cuentan, es capaz incluso de tragarse el propio tiempo. Pura fantasía.
Pero, en definitiva, debemos estar agradecidos pues este viaje fantástico a través de la ciencia nos ha conducido al descubrimiento de la última vía de conocimiento: la meditación Zen o Yoga de la auto-observación (como se prefiere decir en Occidente) mediante la cual podemos participar más de este gran juego cósmico (o Lila, como se dice en Oriente) que suele llamarse Vida.
De esta manera aparecieron unos pensamientos míticos o mitos que trataron de explicar muchos aspectos de lo Real abusando de nuestra abultada y fantasiosa imaginación. No lo lograron satisfactoriamente y fue necesario la aparición del método científico (amén del filosófico y el teológico) con sus teorías que trataban de parchear una realidad que se iba revelando por su propia voluntad: eclipses, cometas, terremotos,...
La ciencia ha cogido impulso y trata de llenar todos los vacíos creados por cada teoría mediante la creación de una nueva en una sucesión infinita que terminaría en una teoría Total de la Realidad que se incluyera a sí misma tanto como el primero de los pensamientos humanos.
Así que, agotada esta vía del conocimiento debido a la aparición, entre otros, del principio de incertidumbre, cuyo corolario más directo podría ser 'nadie puede conocer nada salvo a sí mismo' en referencia al clásico 'Conócete a ti mismo' del oráculo de Delfos, comprendemos que el método científico no es menos fantasioso que el pensamiento mítico ya que ha terminado proponiendo unas ecuaciones imaginarias cuyas soluciones crearían una pseudo-realidad. Y es que resulta que nadie ha podido ver todavía un agujero negro que, según cuentan, es capaz incluso de tragarse el propio tiempo. Pura fantasía.
Pero, en definitiva, debemos estar agradecidos pues este viaje fantástico a través de la ciencia nos ha conducido al descubrimiento de la última vía de conocimiento: la meditación Zen o Yoga de la auto-observación (como se prefiere decir en Occidente) mediante la cual podemos participar más de este gran juego cósmico (o Lila, como se dice en Oriente) que suele llamarse Vida.
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